martes, 17 de mayo de 2011

Luis García Corujedo

            Uno de los personajes más interesantes de nuestra familia, pero desconocemos con seguridad, su relación con nosotros. Creemos que podría ser sobrino de José Fernández-Corugedo, puesto que se queda con la tienda de la Calle de la Muralla. José había regresado a España, y había cedido la tienda a su hermano menor, alrededor de 1860. Entre 1872 y 1875, la tienda tiene la denominación de Corugedo y García. En 1875 cambia de denominación, por la de García Corugedo Hermanos.
            Probablemente sea hijo de Indalecio García Abello y de Nicolasa Fernández-Corugedo, ambos nacidos en Monterrey, y hermano de Elvira García Fernández-Corugedo (Monterrey 1846- La Habana 1905), madre de Encarnación González García.
            ¿Y quién era Nicolasa Fernández-Corugedo? Debía de ser hermana de los dueños de la tienda de la Calle de la Muralla, y por eso le cedieron la tienda a un sobrino directo. Es una hermana de José Fernández-Corugedo.
            Nació en Riberas, inmediato á Pravia, la Noega de los romanos, corte del Rey D. Silo y de su esposa Doña Adosinda, comúnmente conocida por Henda, hija de Alfonso 1 el Católico y nieta de D. Pelayo. Aunque hijo de familia muy acomodada, el señor García Corujedo siguió la corriente de aquella pléyade inmensa de jóvenes astures, que con su trabajo sin límites, su patriotismo puro y ferviente, sus talentos mercantiles y sus iniciativas poderosas, tan alto han sabido y saben poner en América el nombre de la patria, conquistando además para sí mismos riquezas y honores en el palenque del progreso real y positivo que tanto mejora y engrandece á los sociedades modernas. Al llegar á la Habana entró desde luego en el gran almacén de quincalla y joyería que en la histórica calle de la Muralla lleva desde hace muchos años el nombre de El Gallo. En él recorrió todas las esferas, dependiente, encargado, socio, dueño; demostrando en todas ellas las grandes condiciones de talento comercial, fino y exquisito trato, honradez acrisolada, patriotismo sincero, modestia suma, que le han valido las grandes simpatías que disfruta en la sociedad cubana y la colosal y merecida fortuna que tiene.
Aparece en los listados de pasajeros del barco Pelayo de Cádiz a La Habana de fecha 9 de noviembre de 1869, que tal vez fuera el primer viaje desde España., ya que en 1872 la tienda estaba ya a nombre de Corugedo y García.
            Comerciante, propietario y hacendado, como condueño del Ingenio Nueva Paz, una de las primeras fincas azucareras de la provincia de la Habana, pues que puede hacer como 50.000 sacos en cada zafra, es en la actualidad uno de los hombres más activos é inteligentes en los asuntos financieros, cuyo consejo se oye siempre y cuyo concurso se solicita con empeño. Patriota decidido y entusiasta, cuando sobrevino el conflicto con Alemania, por el incidente de las Carolinas, fue el promovedor en el Casino Español de la Habana, de la suscripción popular, iniciándola él con $5.000 oro, que entregó inmediatamente; filántropo y generoso, fue á Pravia y concedió terreno donde fundar el hospital, terreno valorado en 5.000 pesetas, haciendo otras muchas obras de caridad. Comandante del 79 batallón de Voluntarios de la Habana, alcalde de este Ayuntamiento, vocal de la Junta de Aranceles, vocal de la Junta del Puerto y de la Junta Directiva del partido Unión Constitucional, vocal y tesorero del Casino Español, vocal y vicepresidente de la Beneficencia Asturiana, vocal de la Cámara de Comercio, consejero del Banco Español de la Isla de Cuba y vocal, en fin, de la mayor parte de las empresas, ferrocarriles, refinerías y otras, su actividad sin límites todo lo abraza y su modestia sin fin por nada ni ante nadie se envanece. La circunstancia de hallarse al frente del Ayuntamiento, cuya Presidencia recibió en condiciones bien poco ventajosas, y desde la cual ha logrado con tacto y habilidad suma conjurar muchos conflictos, hace que seamos muy parcos al emitir juicios sobre su gestión municipal, que cuando termine podrá dignamente apreciarse, sin los apasionamientos que siempre desencadenan los descontentos contra el que manda. Es además comandante del 79 batallón de Voluntarios de esta capital.

Según su biografía era natural de Riberas de Pravia, de familia "muy" acomodada, que había ido a Cuba a trabajar en esa tienda desde "abajo". Puede que fuera hijo de una hermana de los hermanos Corujedo, y que su tío le llamara para ayudarle en la tienda, y finalmente quedarse con ella. No sabemos, por ahora.
Teniente de Alcalde durante varios años, antes de ser Alcalde de La Habana, entre 1891 y 1893, nombrado por el Marqués de Polavieja de entre una terna presentada, empresario. Fue dueño de un ingenio azucarero Ingenio Nueva Paz, y declarado por el juez instructor americano Marix, como uno de los tres instigadores del hundimiento del Maine, junto a los empresarios españoles Villasuso y a Maribona, en febrero de 1898.

Fue miembro destacado del Partido Unión Constitucional, fuerza política que representaba a los grandes propietarios y comerciantes de Cuba partidarios de mantener un fornido centralismo; se oponían al Partido Liberal Autonomista y al Partido Revolucionario Cubano (independendista).
En este mismo sentido, al igual que la mayoría de los comerciantes y empleados españoles de La Habana, García Corujedo junto con Villasuso se alistaron en el Cuerpo de Voluntarios, entidad paramilitar valedora del poder español en Cuba.

En 1899 Luis García Corujedo todavía era dueño de la tienda situada en la Calle de la Muralla, dedicada a quincallería y joyería, con el nombre comercial de García Corujedo Hermanos.

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